En tal sentido, es claro que la información contenida en la factura, una vez recibida por el usuario, por regla general es inmodificable, y solamente frente a la presentación de una reclamación contra la misma efectuada por el usuario, su contenido podrá ser modificado por el prestador, cuando determine que en efecto la información en ella contenida, no corresponde con la realidad del consumo, o con los lineamientos legales y regulatorios establecidos para la determinación de la tarifa que se cobra.