hogar y una madre enteramente encargada al cuidado de sus hijas.
Para la Corte es evidente la necesidad de un acompañante para la asistencia a las citas médicas con especialistas y las terapias de rehabilitación integral pues se trata de dos menores de edad, de dos y nueve años, que no pueden valerse por sí mismas. Se trata de una familia con dos pequeñas niñas en situación de discapacidad, con solo un proveedor económico para el
hogar y una madre enteramente encargada al cuidado de sus hijas.