Los proyectos ADT tienen por objeto construir obras de infraestructura destinadas a dotar un área determinada con riego, drenaje o protección contra inundaciones, mientras que los PIDAR buscan cofinanciar intervenciones integrales relacionadas con actividades de producción agrícolas, pecuarias, acuícolas y/o pesqueras, forestales, u otra actividad productiva o comercial relacionada con el sector rural.