Este proyecto tiene como objetivo incrementar la resiliencia del sector energético de América Latina y El Caribe frente al cambio climático, a través de un análisis de los riesgos y la vulnerabilidad de la infraestructura, y la determinación de los cambios que deben implementarse en la planificación y la operación de los sistemas. Los países beneficiados en este proyecto son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Granada, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.