El reporte de estabilidad financiera de abril de 2025 destaca un contexto de crecimiento económico local y un mercado laboral robusto, lo que ha impulsado la actividad de intermediación de los establecimientos de crédito. Sin embargo, se identifican vulnerabilidades, como el deterioro en la calidad de cartera del sector corporativo, que ha mostrado un aumento en la morosidad de la cartera comercial. Este fenómeno se atribuye a un ajuste macroeconómico posterior a un exceso de demanda tras la pandemia. Aunque la morosidad ha crecido, las provisiones de los bancos cubren el total de la cartera vencida, y sus niveles de solvencia se mantienen adecuados. También se mencionan incrementos en la exposición al riesgo de mercado y tensiones geopolíticas. El gobierno proyecta un aumento en ingresos para 2025 que, aunque arriesgado, busca equilibrar el gasto público. La situación exige monitoreo continuo para asegurar la estabilidad del sistema financiero en medio de un entorno incierto.