menos sombrío. Por ello, las políticas macroeconómicas deben seguir en una postura contractiva, priorizando el propósito de reducir de forma duradera la inflación y los desequilibrios externos. Avanzar con prudencia con reformas estructurales claves, junto con una continua estrategia robusta de comunicación, será esencial para impulsar la productividad, mejorar la inclusión y garantizar una transición gradual y bien secuenciada hacia una economía más verde y diversificada”.