La intención del regulador para dicho nuevo marco está orientada principalmente a: Mantener y consolidar los logros alcanzados hasta la Resolución CRA 688 de 2014 , Construir sobre las lecciones aprendidas por coyunturas específicas y atípicas durante el plazo de aplicación, especialmente aquellas asociadas a la atención de la emergencia por el COVID-19, Aportar, desde las competencias regulatorias, cumplimiento de los ODS, profundizando en el ODS 6 “Agua y limpia y saneamiento”; Facilitar, a través de señales regulatorias, la adopción de criterios planteados desde la gobernanza del agua, Tomar acción para el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el XII Foro Iberoamericano de Regulación – FIAR, Impulsar la gestión integral del recurso hídrico, las inversiones asociadas a la gestión del riesgo y el desarrollo de infraestructura verde, complementaria con el despliegue de infraestructura gris, bajo un enfoque de economía circular, entre más consideraciones.