A pesar de su importancia para la estabilidad macroeconómica, los ingresos externos de Colombia han fluctuado en su mejor momento alrededor del 20% del PIB. Esta es una proporción muy baja comparada con la correspondiente para economías avanzadas (40%) o Asia emergente (50%), y es incluso inferior a la observada en Chile, México y Perú, cuyas proporciones de ingresos externos a PIB superan el 30%. Lo anterior refleja la estructura productiva de la economía colombiana que se concentra en el sector no transable, particularmente en el sector de servicios, cuya producción se destina solo en una mínima parte al mercado internacional.