A través de esta norma se declaró la emergencia sanitaria a nivel nacional por el brote de fiebre amarilla. Establece medidas sanitarias para prevenir y controlar la propagación del virus, incluyendo la movilización e intensificación de la vacunación para toda la población a partir de 9 meses, priorizando a quienes trabajan en salud. Se implementarán tácticas de vacunación masiva en municipios de alto riesgo y se verificará el estado de vacunación de la población. Además, se imponen restricciones de movilidad en áreas de riesgo y se responsabiliza a los ciudadanos por el cuidado de su salud y la de su comunidad, enfatizando el cumplimiento de las medidas para evitar sanciones.