En el presente concepto la SSPD aborda la facturación de servicios públicos domiciliarios, enfatizando la importancia de la medición individual del consumo como base para el cobro. Se establece que, en caso de detectar fugas imperceptibles en el inmueble, el prestador cobrará un consumo promedio durante un plazo de dos meses, tras el cual se facturará el consumo medido. Además, se menciona que las desviaciones significativas en el consumo deben ser investigadas por los prestadores al preparar las facturas, y se deben ajustar los cobros en consecuencia.
Los usuarios tienen derecho a que sus consumos sean medidos con instrumentos adecuados y a reclamar facturas dentro de un plazo de cinco meses. La responsabilidad de mantener el correcto funcionamiento de los medidores recae tanto en el prestador como en el usuario.
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