Las fugas perceptibles se configuran cuando son detectables a simple vista, como el escape de agua en las instalaciones internas de un inmueble. En el caso de que el contador haya sido instalado por la empresa y se detecte una fuga, el usuario es responsable del mantenimiento y reparación de las instalaciones internas, una vez expirada la garantía. Sin embargo, si el contador registra el paso de agua a pesar de no haber fugas perceptibles, el usuario debe informar a la empresa para revisar el medidor, asegurando así el derecho a una medición adecuada. La entidad prestadora no es responsable de las fugas en las instalaciones internas, pero deberá realizar la revisión si el usuario lo solicita, especialmente si hay consumos excesivos. En caso de daños atribuibles al prestador o a un tercero, estos deberán asumir los costos de reparación. Así, es crucial determinar la fuente del daño para establecer responsabilidades correctamente.