La LCF es una línea de crédito diseñada para proveer financiamiento anticipado y flexible a los países miembros del FMI con marcos muy sólidos de política monetaria, fiscal y financiera, y un historial favorable de desempeño económico. Esta línea tiene tres características particulares que la diferencian de otras facilidades del FMI: es de carácter contingente, lo que significa que su propósito es cubrir la materialización de riesgos externos extremos; los miembros pueden acceder a los recursos en cualquier momento; y es un instrumento no condicional, lo que implica que los países mantienen acceso a la línea por sus sólidas condiciones macroeconómicas previas y que no existen compromisos posteriores de política económica después de realizar un desembolso de la línea. En la actualidad, Chile, Colombia, México y Perú tienen acceso a una LCF.