“Antes de esta investigación, no había suficientes datos sobre las repercusiones de la bacteria H. pylori en la ingesta y la asimilación de nutrientes; más concretamente, escaseaban los datos sobre sus efectos en la absorción de micronutrientes, como el hierro y el zinc” explicó Victor Owino del Departamento de Ciencias y Aplicaciones Nucleares. “Mediante la prueba del aliento de urea marcada con carbono 13 y otras técnicas de isótopos estables, los países participantes recopilaron datos importantes, gracias a los cuales ha sido posible entender mejor las diversas correlaciones entre la infección, el estado nutricional y la regulación del apetito”, concluyó.