El concepto de MinAmbiente enfatiza la importancia de un análisis riguroso y la priorización de alternativas sostenibles en la gestión de vertimientos, en línea con la normativa ambiental vigente indicando que la autoridad ambiental competente debe realizar un estudio exhaustivo de las solicitudes de permiso de vertimiento, que incluye visitas técnicas para verificar aspectos como la información proporcionada, la localización de ecosistemas clave, la clasificación de aguas y los impactos del vertimiento. También establece que el vertimiento al suelo debe ser considerado como la última opción, y solo se permitirá si no existen alternativas viables, como el vertimiento a cuerpos de agua.